El inicio de año, los meses previos al verano o la vuelta de las vacaciones son esos períodos del año donde muchos de nosotros damos una importancia especial a la alimentación. Ya sea porque queremos perder peso, porque queremos mejorar nuestra salud o por el motivo que sea, “subirnos al carro” de la dieta de moda en ese momento ha sido una tendencia habitual para muchas personas. Pero como ya os hemos contado en otras ocasiones, la alimentación saludable y el ejercicio tienen que ser una constante en nuestra vida, no algo pasajero a lo que “agarrarnos” los meses previos a la llegada del bikini. ¡Y es que la tendencia es cuidarse!
La importancia de la alimentación
La mala alimentación, la falta de ejercicio físico y otros factores como fumar o beber alcohol pueden favorecer las enfermedades no transmisibles. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 15 millones de personas de entre 30 y 69 años mueren a causa de estas enfermedades. Entre ellas, encontramos las enfermedades cardiovasculares, las cuales suponen 17,9 millones de muertes al año, seguidas del cáncer (9 millones), las enfermedades respiratorias crónicas (3,9 millones) o la diabetes (1,6 millones).
La dieta ¿es tendencia?
Cuando preparamos nuestros menús diarios, hay factores que debemos tener muy presentes para cuidar de nuestra salud. Los azúcares libres, la sal, las grasas saturadas, la falta de frutas y verduras… todo ello contribuye a que nuestra dieta sea perjudicial para la salud.
¿El azúcar? ¿Es tendencia su reducción?
Los azúcares libres (azúcar de mesa, zumos, miel…) son aquellos que no son saludables y que deberíamos evitar. La OMS nos recomienda reducirlos a menos del 10% de las calorías que ingerimos durante el día, y si es posible, reducirlos por debajo del 5%. Te contamos todo sobre los azúcares en nuestro anterior artículo, consúltalo aquí.
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La sal es otro de los factores que afectan a la salud de las personas. La OMS nos recomienda no superar los 5 gramos de sal diarios, sin embargo, la ingesta de la población en general es bastante superior (9-12 gramos diarios). Reducir el consumo de sal a los niveles recomendados podría evitar hasta 2,5 millones de muertes al año. Para ello, podemos utilizar aderezos como hierbas, especias o cítricos para darle sabor.
Grasas
Las grasas son necesarias para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, pero no todas las grasas son iguales. Los frutos secos, el aguacate, el pescado o el aceite de oliva nos aportan grasas insaturadas, las cuales deben tener preferencia ante las grasas saturadas que encontramos en las carnes rojas, la mantequilla, la nata… Estas últimas no deben superar el 10% de las calorías totales.
Nuevas tendencias en la alimentación
Para las personas que quieren adquirir una alimentación saludable y cambiar su estilo de vida en general, tendencias como los superalimentos o la alimentación consciente, la adopción de dietas flexitarianas cobran más importancia. Ya te contamos todo lo que necesitas saber sobre los superalimentos de tendencia y también sobre las dietas flexitarianas, aquellas que nos permiten dar más importancia a los vegetales sin renunciar del todo a la carne. ¿Y qué pasa con la alimentación consciente?
¡Es tendencia! La alimentación consciente
El mindfulness puede entenderse como la atención plena y consciente sobre un momento o una situación en la que nos encontramos. Si aplicamos este concepto a la alimentación, nos encontramos con el término alimentación consciente o Mindful Eating, una forma de comer en que préstamos atención plena a lo que estamos haciendo. ¿Esta tendencia o técnica nos hace comer más sano? La respuesta es no.
Para comer sano, la presencia de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos en nuestros platos será clave. Sin embargo, el Mindful Eating sí puede sernos útil para prestar atención a otros aspectos, como, por ejemplo, el comer despacio. Esta experiencia tiene en cuenta nuestros sentimientos y emociones en el momento de comer, pero también antes y después de la ingesta. Ser plenamente consciente de lo que hacemos e identificar nuestras emociones puede ser también una buena herramienta para evitar comer por ansiedad o por algún otro sentimiento. Esto se conoce como hambre emocional. Para ello, será importante elegir un lugar tranquilo, donde podamos estar relajados y centrarnos en nuestra comida. Además, también puede ayudarnos a librarnos de distracciones como las pantallas o incluso a sustituirlas por algo más importante que nos permitirá disfrutar de momentos de calidad con las personas de nuestro entorno.
Como ves, la alimentación saludable debe acompañarnos todo el año, evitando darle protagonismo solamente en algunos meses concretos. El deporte también tiene que ser una constante, y si todavía no tienes claro por dónde empezar, anímate con nuestro artículo Sigue nuestro “estilo de vida”. ¡A arrancar motores!