¿Qué nos dicen las etiquetas de los alimentos?

En todos los alimentos envasados encontramos una gran cantidad de información en el etiquetado, del todo relevante para nosotros, puesto que nos indica diversas características del alimento que vamos comprar o comer.

Por este motivo, es importante leer las etiquetas de los alimentos. De este modo, estaremos informados acerca del producto, en referencia a diversos aspectos. ¿Y, tu? ¿lees las etiquetas de los alimentos?, ¿sabes qué información se detalla en cada envase? ¡Sigue leyendo y descúbrelo!

¿Qué información se detalla en los envases de los alimentos?

Desde hace relativamente poco, entró en vigor un nuevo reglamento europeo, en el que se detalla, punto por punto, qué información alimentaria debe indicarse en el envase de manera obligatoria, y es la siguiente:

  • Denominación del alimento. Permite reconocer la naturaleza del producto, es decir, informa de cómo se designa el alimento en sí.
  • Listado de ingredientes. Los ingredientes deben ir en orden de mayor a menor cantidad en peso, a excepción de aquellos alimentos formados por un único ingrediente o en las bebidas alcohólicas de más de 1,2% de volumen de alcohol. También se debe indicar, obligatoriamente, la cantidad (%) de algunos ingredientes.
  • Alérgenos. En este listado de ingredientes se deben destacar aquellos que pueden causar alergias (y también sus derivados), cuando estén presentes en el producto acabado. Estos son cereales que contengan gluten, crustáceos y moluscos, huevos, pescado, cacahuetes, soja, leche, frutos de cáscara, apio, mostaza, sésamo y dióxido de azufre.
  • Cantidad neta del alimento.
  • La fecha de caducidad o la fecha de duración mínima. La fecha de duración mínima es lo mismo que la fecha de consumo preferente, es decir, el tiempo mientras el producto conserva todas sus características y propiedades, tanto a nivel nutricional como a nivel organoléptico. En cuanto a la fecha de caducidad, indica a partir del día en el que consumir el producto no es seguro para la salud.
  • Las condiciones de conservación del alimento. Se deben incluir con el fin de mantener el alimento en unas condiciones determinadas para evitar que el alimento se estropee antes de lo previsto.
  • El modo de empleo. Cuando se pueda hacer un uso difícil del alimento o no se entienda que se debe utilizar de la forma esperada.
  • La empresa que lo elabora.
  • La información nutricional. Se debe indicar la información nutricional por 100 gramos o 100 mililitros, es decir, la energía (calorías) que aporta, la cantidad de grasas totales y grasas saturadas, los hidratos de carbono y los azúcares, las proteínas y la sal. Además, de forma voluntaria, se pueden indicar los contenidos de fibra y, también, de vitaminas y minerales, siempre que se supere el 15% de la cantidad diaria recomendada para cada uno de ellos.
¿Para qué sirve toda esta información?

Como hemos visto, en el envase de cada producto se informa de diferentes características alimentarias, por lo que su utilidad será distinta.

Por un lado, se informa de qué alimento se va a comprar o consumir, por qué ingredientes está formado y qué ingredientes alergénicos contiene. Esto, es importante puesto que de esta manera podemos conocer la naturaleza del producto, además de que, las personas con alergias alimentarias pueden conocer de un vistazo si pueden o no pueden consumir aquél alimento, según su (o sus) tipo de alergia. También ayuda a saber cuánto tiempo podremos conservar el alimento y cómo debemos hacerlo para mantenerlo en perfectas condiciones.

Por otro lado, la información nutricional nos ayuda a entender mejor qué nutrientes y en qué cantidad los aporta cada alimento. Esto contribuye a aprender si un alimento aporta mayor o menor cantidad de grasas, mayor o menor cantidad de proteínas y así con todos los nutrientes.

Asimismo, esto nos ayuda a equilibrar nuestra dieta. ¿Cómo? Conociendo las proporciones de cada nutriente que se recomiendan en una dieta equilibrada y haciendo unos cálculos, podemos contribuir a que nuestra dieta sea equilibrada. Sí que es cierto que, al principio, puede parecer un trabajo costoso, pero con práctica y cogiendo la costumbre, al final será pan comido.

Así que comienza a leer las etiquetas de los alimentos, si es que no lo haces ya, y contribuye a llevar una dieta equilibrada en tu día a día.

En todos los alimentos envasados encontramos una gran cantidad de información en el etiquetado, del todo relevante para nosotros, puesto que nos indica diversas características del alimento que vamos comprar o comer.

Por este motivo, es importante leer las etiquetas de los alimentos. De este modo, estaremos informados acerca del producto, en referencia a diversos aspectos. ¿Y, tu? ¿lees las etiquetas de los alimentos?, ¿sabes qué información se detalla en cada envase? ¡Sigue leyendo y descúbrelo!

¿Qué información se detalla en los envases de los alimentos?

Desde hace relativamente poco, entró en vigor un nuevo reglamento europeo, en el que se detalla, punto por punto, qué información alimentaria debe indicarse en el envase de manera obligatoria, y es la siguiente

Denominación del alimento

Permite reconocer la naturaleza del producto, es decir, informa de cómo se designa el alimento en sí.

Listado de ingredientes

Los ingredientes deben ir en orden de mayor a menor cantidad en peso, a excepción de aquellos alimentos formados por un único ingrediente o en las bebidas alcohólicas de más de 1,2% de volumen de alcohol. También se debe indicar, obligatoriamente, la cantidad (%) de algunos ingredientes.

  • Alérgenos. En este listado de ingredientes se deben destacar aquellos que pueden causar alergias (y también sus derivados), cuando estén presentes en el producto acabado. Estos son cereales que contengan gluten, crustáceos y moluscos, huevos, pescado, cacahuetes, soja, leche, frutos de cáscara, apio, mostaza, sésamo y dióxido de azufre.
  • Cantidad neta del alimento.
  • La fecha de caducidad o la fecha de duración mínima. La fecha de duración mínima es lo mismo que la fecha de consumo preferente, es decir, el tiempo mientras el producto conserva todas sus características y propiedades, tanto a nivel nutricional como a nivel organoléptico. En cuanto a la fecha de caducidad, indica a partir del día en el que consumir el producto no es seguro para la salud.
  • Las condiciones de conservación del alimento. Se deben incluir con el fin de mantener el alimento en unas condiciones determinadas para evitar que el alimento se estropee antes de lo previsto.
  • El modo de empleo. Cuando se pueda hacer un uso difícil del alimento o no se entienda que se debe utilizar de la forma esperada.
  • La empresa que lo elabora.
  • La información nutricional. Se debe indicar la información nutricional por 100 gramos o 100 mililitros, es decir, la energía (calorías) que aporta, la cantidad de grasas totales y grasas saturadas, los hidratos de carbono y los azúcares, las proteínas y la sal. Además, de forma voluntaria, se pueden indicar los contenidos de fibra y, también, de vitaminas y minerales, siempre que se supere el 15% de la cantidad diaria recomendada para cada uno de ellos.

¿Para qué sirve toda esta información?

Como hemos visto, en el envase de cada producto se informa de diferentes características alimentarias, por lo que su utilidad será distinta.

Por un lado, se informa de qué alimento se va a comprar o consumir, por qué ingredientes está formado y qué ingredientes alergénicos contiene. Esto, es importante puesto que de esta manera podemos conocer la naturaleza del producto, además de que, las personas con alergias alimentarias pueden conocer de un vistazo si pueden o no pueden consumir aquél alimento, según su (o sus) tipo de alergia. También ayuda a saber cuánto tiempo podremos conservar el alimento y cómo debemos hacerlo para mantenerlo en perfectas condiciones.

Por otro lado, la información nutricional nos ayuda a entender mejor qué nutrientes y en qué cantidad los aporta cada alimento. Esto contribuye a aprender si un alimento aporta mayor o menor cantidad de grasas, mayor o menor cantidad de proteínas y así con todos los nutrientes.

Asimismo, esto nos ayuda a equilibrar nuestra dieta. ¿Cómo? Conociendo las proporciones de cada nutriente que se recomiendan en una dieta equilibrada y haciendo unos cálculos, podemos contribuir a que nuestra dieta sea equilibrada. Sí que es cierto que, al principio, puede parecer un trabajo costoso, pero con práctica y cogiendo la costumbre, al final será pan comido.

Así que comienza a leer las etiquetas de los alimentos, si es que no lo haces ya, y contribuye a llevar una dieta equilibrada en tu día a día.

 

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