Las largas jornadas que pasamos sentados en la oficina, el coche y el sofá no son nada beneficiosas para nuestras articulaciones. Todas esas horas invertidas en una silla nos van haciendo menos flexibles y van empeorando nuestra movilidad articular generando, en mucha ocasiones, dolor y molestias que hay que acabar tratando con fármacos.
Regalarnos tiempo para mover el cuerpo y practicar estiramientos puede mejorar no solo nuestra salud física, sino también mental. ¡Te lo contamos!
¿Qué son las articulaciones?
Las articulaciones son fragmentos de tejido que se encuentran entre los huesos, uniéndolos y dotándoles de movimiento y flexibilidad. Gracias a ellas podemos caminar, coger objetos con la mano y un sinfín de tareas que a simple vista pueden parecer fáciles.
Nuestro cuerpo alberga cientos de articulaciones, aunque no todas son iguales: cada una tiene un mecanismo y funcionalidad diferente. De forma general, las podríamos clasificar en tres bloques:
- Articulaciones inmóviles. Se las conoce también como “fibrosas” y se encargan de mantener unidos dos huesos sin permitir ningún tipo de movilidad. Un claro ejemplo lo encontramos en el cráneo, donde los huesos permanecen unidos con el fin de proteger el cerebro.
- Articulaciones semimóviles. Reciben también el nombre de cartilaginosas. Dentro de su radio de unión se componen por cartílago, lo que permite un movimiento limitado, pero con cierta flexibilidad. Las podemos encontrar en la unión entre las vértebras de la columna.
- Articulaciones móviles. Tienen la capacidad de moverse en muchas direcciones, aunque en diferentes rangos. Son un ejemplo lar articulaciones de las extremidades, como los brazos y las piernas.
¿Cómo conseguir movilidad articular?
Al mover el cuerpo aumenta la movilidad articular. ¿Y qué es la movilidad articular? Es el volumen de movimiento que nuestras articulaciones son capaces de desarrollar. Sus principales objetivos son la preparación del cuerpo para una actividad física determinada y la recuperación muscular. Pero lo cierto es que este tipo de ejercicios son aptos para todo el público. Tanto si eres un deportista de élite como si llevas una vida completamente sedentaria es necesario que muevas tu cuerpo. Aunque recuerda respetar tu cuerpo y no forzarlo más allá de tus límites.
Beneficios de incorporar ejercicios de Movilidad Articular
Los ejercicios de movilidad articular, más allá de mejorar nuestra flexibilidad y rango de movimiento, se relacionan con un gran número de beneficios para nuestro cuerpo, como por ejemplo:
- Mejoran el nivel de energía
- Reducen el estrés y nos hacen estar de mejor humor
- Nos ayudan a prevenir lesiones
- Mejoran la recuperación de los músculos
Mueve tu cuerpo de 15 a 20 minutos diarios realizando ejercicios articulares, así mejorarás tu calidad de vida.
Movilidad articular en el deporte
Los ejercicios de movilidad articular en el deporte son necesarios para asegurar una buena preparación de los tejidos corporales, así como para prevenir futuras lesiones.
Se deberían incorporar estos ejercicios de movilidad articular en la fase inicial de la sesión de entrenamiento. El objetivo principal del calentamiento inicial es la activación general del cuerpo. No obstante, en muchas ocasiones el deportista se salta esta primera parte del entrenamiento y directamente inicia su rutina. De este modo, se ignora la importancia que la movilidad y la activación articular suponen para un buen rendimiento y recuperación.
Un correcto entrenamiento puede empezar con una sesión de 10 a 15 minutos de ejercicios globales que movilicen la sangre y aumenten la temperatura corporal. En esta fase se podrían incluir movimientos de rotación (de cuello, rodillas, muñecas…), de flexión (por ejemplo, de cadera mediante sentadillas) o de aducción y abducción, entre otros.
¿Y después de la rutina deportiva?
El trabajo de movilidad y de estiramientos después de la rutina de entrenamiento debe ser de corta duración. Una posible estrategia para trabajar la movilidad articular después del ejercicio es efectuar estiramientos dinámicos que aportan más beneficios que los estáticos. Por lo tanto, estos estiramientos estáticos podrían reservarse para los días de descanso o de recuperación activa.
¿Qué más podemos hacer para reducir el dolor articular?
Además de incorporar esta rutina de ejercicios en nuestro día a día, existen otros hábitos que podemos poner en práctica para reducir el dolor articular.
- Seguir una alimentación saludable, rica en vitaminas y minerales procedentes de frutas, hortalizas y verduras. Las grasas saludables que aportan los frutos secos, semillas y pescado azul son también beneficiosas a la hora de mejorar procesos inflamatorios.
- Mantener un peso corporal adecuado, que nos permitirá no sobrecargar nuestras articulaciones, lo que puede desencadenar en molestias y dolores.
- Evitar actividades de impacto que puedan provocar molestias al sistema articular, por ejemplo, en las rodillas, cadera o tobillos.
- Asegurar un buen descanso permitirá a nuestro cuerpo recuperarse después de cada jornada.
La movilidad articular es necesaria para cualquiera de las tareas que realizamos a lo largo del día. Sacar 15 minutos de la jornada y dedicarlos al cuidado de la salud física y mental puede mejorar mucho nuestra calidad de vida. Desde Gullón te animamos a probar este sencillo gesto, ¡y a observar lo bien que te sienta!