Intolerancias y alergias alimentarias en niños: cómo reconocer los síntomas y actuar a tiempo

Cada vez más familias conviven con intolerancias o alergias alimentarias en niños. A veces, los síntomas son muy claros: urticaria, vómitos o molestias digestivas justo después de comer. Pero otras veces son más difusos: cambios de ánimo, dolor de barriga recurrente o fatiga injustificada. 

Por eso, es importante que padres y madres estén atentos a los signos de alarma y sepan cuándo consultar con el pediatra. Detectar a tiempo una reacción alimentaria no solo mejora el bienestar del niño, sino que también evita complicaciones futuras. 

Aquí te explicamos de forma clara y sin alarmismos cómo reconocer los posibles síntomas, qué pasos seguir y cómo adaptar su alimentación si es necesario, sin agobios ni restricciones innecesarias. 

¿Qué diferencia hay entre una intolerancia y una alergia alimentaria? 

Aunque a veces se usan como sinónimos, no son lo mismo: 

  • Una alergia alimentaria es una reacción del sistema inmunitario. El cuerpo interpreta erróneamente un alimento como una amenaza y puede responder de forma exagerada. Las reacciones pueden ser inmediatas y, en algunos casos, graves (como dificultad para respirar o anafilaxia). 
  • Una intolerancia alimentaria implica dificultad para digerir ciertos componentes (como la lactosa en la leche). Los síntomas suelen ser digestivos y molestos, pero no son potencialmente peligrosos. 

En ambos casos, lo más importante es no diagnosticar por cuenta propia. Ante la sospecha, siempre hay que acudir al pediatra, que valorará el caso y, si es necesario, realizará pruebas o derivará a un especialista en alergología o digestivo infantil. 

Signos de alarma: ¿cuándo sospechar que un alimento no le sienta bien? 

Los síntomas de una alergia o intolerancia pueden aparecer justo después de comer, o varias horas después. Por eso a en algunos casos es fácil pasarlos por alto si no se está atento. En otros, como la dificultad para respirar o el hinchazón importante en la cara o la zona de la boca, es necesario acudir al médico rápidamente. Estos son algunos signos que pueden indicar que algo no va bien: 

  1. Molestias digestivas frecuentes
  • Dolor de barriga sin causa clara 
  • Gases, hinchazón o malestar tras ciertas comidas 
  • Diarrea o, por el contrario, estreñimiento persistente 
  1. Problemas en la piel
  • Eccema o sarpullidos que aparecen de forma recurrente 
  • Urticaria (ronchas rojas que pican) 
  • Enrojecimiento, picor y/o hinchazón en cara o labios 
  1. Reacciones inmediatas
  • Picor en la boca, lengua o garganta tras comer 
  • Vómitos repentinos 
  • Dificultad para respirar 
  • Mareo o bajada de tensión 
  1. Cambios en el comportamiento o energía
  • Cansancio sin motivo aparente 
  • Irritabilidad después de comer 
  • Rechazo persistente a ciertos alimentos 

 

Si observas alguno de estos síntomas repetidamente, anota lo que ha comido tu hijo/a, cuándo aparece la reacción y cómo se manifiesta. Esta información será muy útil para el pediatra. 

¿Qué hacer si se confirma una intolerancia o alergia? 

Una vez diagnosticada por el profesional, es importante actuar con tranquilidad, pero también con responsabilidad: 

  • En caso de alergia alimentaria, hay que evitar por completo el alimento en cuestión, incluso en pequeñas cantidades o trazas. Lee bien las etiquetas y asegúrate de que el entorno (escuela, comedor, familia) también esté informado. 
  • En caso de intolerancia, algunos niños pueden seguir consumiendo pequeñas cantidades o productos adaptados (por ejemplo, leche sin lactosa o quesos curados). 

Lo más importante es que el niño entienda su situación de forma positiva. No se trata de asustarle, sino de enseñarle a reconocer lo que le sienta bien y a cuidarse con autonomía. 

Cómo adaptar su alimentación sin complicaciones 

Afortunadamente, hoy en día existen muchos productos pensados para cubrir las necesidades de niños y niñas con alergias o intolerancias, sin que tengan que sentirse diferentes. 

Algunas claves para el día a día: 

  • Leer las etiquetas con ellos. Así aprenden a reconocer qué pueden comer y qué no. 
  • Evitar compartir alimentos en el cole o fiestas sin saber qué contienen. 
  • Preparar meriendas atractivas y seguras que puedan disfrutar como cualquier otro niño o niña. 

¿Y qué hay de las meriendas, los desayunos y los recreos? 

Muchos padres se preocupan por cómo gestionar las comidas fuera de casa: el recreo, los cumpleaños, las excursiones… La clave está en tener a mano opciones que sean seguras (sin el alérgeno o sustancia que debe evitar), apetecibles, y fáciles de llevar. 

En Gullón sabemos que cada niño merece disfrutar de su merienda sin preocupaciones. Por eso, hemos creado Hookies, una gama de galletas especialmente formulada para ellos. Según el producto o la variedad escogida, las galletas serán: 

  • Sin gluten 
  • Sin huevo 
  • Sin lactosa ni proteínas de la leche 
  • Sin frutos secos (frutos de cáscara) 

Ideales para llevar al cole, para las excursiones o para disfrutar en casa. Porque una intolerancia o una alergia no debería impedir que los niños puedan comer galletas ricas, seguras y divertidas. 

Descubre toda la gama, así como contenido y manualidades para hacer en casa en el apartado dedicado a Hookies en nuestra página web. 

Estar atentos a los signos y consultar con su pediatra, la clave 

Detectar a tiempo una alergia o intolerancia alimentaria en niños mejora su salud, su bienestar y su confianza. Estar atentos a los síntomas, acudir al pediatra y adaptar su alimentación con productos seguros son pasos clave en este proceso. 

Con información clara, apoyo familiar y alternativas bien pensadas, los peques crecerán saludables y felices. 

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