El consumo de soja ha aumentado en los últimos años, y con ello la alergia a la soja. Se utiliza como aditivo o como fuente de proteína para aquellas personas vegetarianas o que quieren reducir el consumo de carne. Los brotes de soja en ensaladas o la soja como legumbres muy populares en otros países desde hace ya mucho tiempo, han llegado hace relativamente poco para conquistar nuestras cocinas.
¿Qué es la soja y a que se debe el crecimiento de su consumo?
La soja es una legumbre con un buen perfil nutricional, más alta en proteínas que otras legumbres y rica en algunos micronutrientes. Además, es económica y fácil de producir. Es por este motivo que la soja se ha hecho cada vez más popular.
Como todas las alergias o intolerancias, al crecer el consumo de este alimento y estar presente como ingrediente en varios productos alimentarios, ha provocado un aumento de la alergias e intolerancias relacionadas con esta legumbre. A día de hoy, es una de las alergias más comunes y forma parte de los 14 alérgenos alimentarios de declaración obligatoria.
A continuación te presentamos más información sobre la alergia alimentaria a la soja, sus síntomas, que alimentos debes evitar y como identificarla en el etiquetado del producto.
Qué es la alergia a la soja y a quién afecta
La alergia a la soja es una reacción anormal a la proteína de soja y a los productos de soja. Normalmente aparece en la infancia alrededor de los tres meses de vida y persiste durante la edad adulta. Aproximadamente el 30-40% de bebés alérgicos a la proteína de la leche de vaca también lo es a la proteína de las leches infantiles elaboradas con la soja.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la alergia a la soja?
Las manifestaciones clínicas de la alergia a la soja son similares a las alergias a otras legumbres. Abarcan desde síndrome de alergia oral, urticaria, angioedema, rinitis, crisis asmáticas y anafilaxia. Los síntomas dependen del grado de alérgica y del tipo y cantidad de exposición.
¿Cómo saber si soy intolerante a la soja?
La intolerancia, en cambio, se produce cuando el cuerpo o el sistema digestivo tiene dificultades para digerir o descomponer la soja o sus derivados. En este caso, los principales síntomas de la intolerancia a la soja incluyen dolor estomacal o abdominal, gases, diarrea, entre otros problemas digestivos.
Si experimentas síntomas tras consumir soja, es recomendable acudir a un especialista para recibir un diagnóstico y proceder con un plan de tratamiento.
¿Cómo se diagnóstica la alergia?
La prueba cutánea en prick es el método de elección para demostrar una sensibilización mediada por IgE a la soja. El personal sanitario realiza un leve pinchazo a la piel y la exponen a pequeñas cantidades de las proteínas de soja. Si una persona es alérgica se formará un bulto elevado en el lugar donde se realizó la prueba.
A través de un análisis de sangre también se puede medir la respuesta del sistema inmunitario a la soja, midiendo la cantidad de anticuerpos.
La determinación de IgE específica debe considerarse una alternativa a la prueba cutánea cuando no es posible la realización de esta.
Alimentos prohibidos: ¿Qué no puede comer un alérgico a la soja?
Para una persona alérgica a la soja, es crucial evitar alimentos que contengan soja o sus derivados como productos de soja (tofu, tempeh, yogur de soja), salsas de soja o teriyaki, productos elaborados con harina, proteína o lecitina de soja, e incluso algunas bebidas vegetales.
Es cierto que muchos alérgenos se pierden por las altas temperaturas, o la cocción. Pero se ha visto que los alérgenos a la soja son termoestables, por tanto, persisten tras el proceso de cocción.
Las personas alérgicas a la soja deben tener especial cuidado con los productos manufacturados, ya que son las legumbres de consumo habitual las que con más frecuencia se encuentran como alimentos ocultos.
¿Cómo tratar la alergia o intolerancia a la soja?
El único tratamiento eficaz, una vez realizado el diagnóstico de alergia alimentaria a la soja consiste en evitar la soja de la dieta. Y si es una alergia más grave hay que valorar si evitar el contacto o la exposición a vapore de cocción. En el caso de la intolerancia, se debería de tomar la misma decisión.
Aprende a leer etiquetas
Las legumbres y en especial la soja se utilizan como aditivos para espesar o estabilizar algunos alimentos envasados. Por eso debemos prestar atención al v para poder así evitar fuentes ocultas de alérgenos.
Muchos aditivos alimentarios provienen de las legumbres. Estos son los más comunes:
- Complemento en la fabricación del pan: Harina de leguminosas (habas, soja, lentejas y judías).
- Emulgente: lecitina de soja.
- Rebozados de productos precocinados.
- Aceite de soja en hidrolizados de caseína, usados por niños alérgicos a la leche.
Solemos encontrar estos ingredientes en salsas, panes, harinas, tempeh, miso entre otros, frutos secos.
Es muy importante leer las etiquetas de cada producto ya que la soja puede encontrarse en los productos nombrados anteriormente. En el envase puede aparecer la palabra “soja” o “contiene soja” o “puede contener trazas de soja”. La única manera de evitar los síntomas de reacción alérgica a la soja es evitar totalmente cualquier contacto con ella y sus derivados.
Galletas sin soja para todos
En Gullón nos preocupamos por la salud de todos y elaboramos cuidadosamente nuestros productos para que todos podamos disfrutar de ellos. Elaboramos galletas sin soja y que no contienen ningún derivado de ésta y lo etiquetamos bajo el sello sin soja.
De esta manera, las personas tienen la garantía y pueden escoger fácilmente qué productos disfrutar. Si eres alérgico a la soja, busca el sello sin soja en el envase y disfruta de tus galletas a tu manera.